Coaching de transición se convirtió en un salvavidas para Sarah, que se encontraba en medio de una dolorosa ruptura. El final de su larga relación la había dejado a la deriva, luchando por mantener la concentración en el trabajo.
Las noches en vela, la alimentación emocional y los días de lágrimas se convirtieron en la nueva normalidad, y estaba claro que su rendimiento se estaba resintiendo.
Un día, su jefe se dio cuenta de que su productividad disminuía y le sugirió que explorara el paquete de prestaciones para empleados. Fue entonces cuando descubrió la joya escondida que le daría la vuelta: el coaching de transición.
Una joya oculta en los beneficios para empleados
Su empresa le ofreció tres sesiones de coaching de un menú de diferentes opciones disponibles para todos los empleados en caso de que quisieran trabajar en un objetivo o cambiar un comportamiento. Allí leyó sobre el coaching de transición.
Con una mezcla de curiosidad y escepticismo, Sarah decidió intentarlo. Se reunió con la coach Jessica, una profesional cálida y empática especializada en ayudar a personas a superar transiciones vitales.
En su primera sesión, Sarah desahogó su corazón, compartiendo su angustia, sus dudas y sus luchas. Jessica la escuchó atentamente, ofreciéndole un espacio seguro para expresar sus sentimientos sin juzgarla.
Claridad a través del coaching
Mediante el poder de la escucha activa y las preguntas reflexivas, Jessica ayudó a Sarah a aclarar sus emociones y el impacto que estaban teniendo en su trabajo.
En las siguientes sesiones, Sarah aprendió a poner límites, a gestionar su estrés y a crear una rutina de autocuidado adaptada a sus necesidades. Descubrió la importancia de la autocompasión y empezó a reconstruir su autoestima. Jessica la guió en el establecimiento de objetivos realistas tanto para su vida personal como para su carrera, ayudándola a vislumbrar un futuro lleno de posibilidades.
Fomentar la resiliencia y la autoestima
Poco a poco, Sarah fue mejorando su concentración en el trabajo. Se concentraba mejor en las tareas y los proyectos, y su productividad empezó a aumentar. Los compañeros que habían notado sus dificultades ahora comentaban su nueva energía y entusiasmo.
Recuperar la concentración en el trabajo
A medida que avanzaban las sesiones de coaching, Sarah fue aplicando las técnicas aprendidas a su vida cotidiana. Empezó a ir al gimnasio con regularidad, se reencontró con viejos amigos e incluso exploró nuevas aficiones. Su vida iba recuperando poco a poco el equilibrio y prosperaba tanto personal como profesionalmente.
El poder transformador del coaching de transición
Cuando llegó la última sesión con la entrenadora Jessica, Sarah se sentía diferente. No sólo había sobrevivido a su ruptura, sino que empezaba a ver esperanza y se sentía más fuerte y resistente. Su gratitud por la oportunidad que le había brindado su jefe no tenía límites.
Empresas beneficiarias
Al final, Sarah no fue la única que se benefició de estas sesiones de coaching para la transición; su empleador cosechó los frutos de una empleada más feliz, más centrada y altamente productiva.
La lección estaba clara: invertir en el bienestar de los empleados en tiempos difíciles no fue sólo un acto de bondad, sino también una decisión empresarial inteligente.
